lunes, 12 de julio de 2010

Mirando al cielo entre la inmensidad de la eterna noche

Llevo varios días mirando hacia el cielo, no sé si en busca de respuestas, perdón o simplemente miro para poder ver que sigo aquí.
El viernes me quedé alucinado, un cielo completamente rojo, tanto como mi Jack Danield's con grosella, un cielo que me hizo pensar en que obviamente algo pasa en mi cabeza.
Doy pasos adelante, doy pasos atrás... me estanco, y sinceramente no sé si soy capaz de dar pasos solamente hacia delante, sé cuando estoy a gusto. Sé quien puede hacerme sentir a gusto, ahora bien, ¿soy capaz de hacerle feliz y si puedo hacerle sentir a gusto a esa persona?
¿Cuantas dudas pueden llegar a plantearse en una noche de sábado cuando me han dejado plantado dos veces? ¿cuantas cagadas pueden llegar a cometerse en tan pocas horas?
Respuesta, muchas, demasiadas, excesivas. Siento no poder hablar con nadie, y a la vez que necesito hablar con cualquiera. No me gusta verme sólo, tan sumamente sólo cada vez que ella no está, pero odio ver como se va, y yo me quedo sólo.
El cielo de anoche estaba lleno de luz, lleno de alegrías, y dentro de esas alegrías estoy yo, viendo como el mundo enloquece de júbilo, mientras miro al cielo y vuelvo a sentirme sólo, necesito su presencia, y a la vez me da miedo acercarme demasiado, quizá deba terminar mi cura de dolor antes de decidir mis pasos del todo.
Decir mis sentimientos no tuvo la reacción que esperaba, quizá lo hice de una forma cutre, y sin demasiada credibilidad, pero ese es mi estilo, no soy de hincar la rodilla y sacar un pedrusco incrustado en un aro de metal. Lo mío es decirlo abrazados después de un polvazo, siendo sinceros, por mi parte fue una mierda de polvo, pero es lo que hay después del tiempo en el banquillo, sólo hay dos opciones en ese aspecto, o me vuelvo un pajillero de 15 años o me adapto y me convierto en un puto medio polvo, ¡¡¡¡¡Dios!!!! odio ver que no puedo disfrutar de una de las cosas que más me gustan en esta putrefacta vida que tengo.
Hoy miro al cielo entre la inmensidad de la noche y sólo veo las lágrimas que no quiero volver a derramar, esas lágrimas que hace unos años jamás habrían soñado con existir, pero obviamente he cambiado, ya no puedo ser ese hijo puta que pasaba de todo, ya no puedo ser esa persona buena, idiota y gilipoyas que era antes de ser ese cabrón. Los híbridos no me van, pero mucho me temo que es lo que va a venir.
Sea lo que sea lo que venga obviamente deberé adaptarme, adaptarme o morir en vida.

Dedicado a mi Peke, por Santiago.

sábado, 3 de julio de 2010

Odio

Dicen que entre el amor y el odio sólo hay un paso, una fina línea que los separa, yo hace tiempo que no distingo esa separación, que ya no sé si estoy en uno o en otro bando, me siento caprichoso, egocéntrico, egoísta y a la vez dolido, herido, confuso, necesitado y sobretodo solo.
Siento que no tengo con quien hablar, siento que con cualquiera que hablo no hago más que molestar. Mis mierdas son aburridas y repetitivas y siento que es mejor callarme y dejar a los demás en paz.
Cada vez que conozco a alguien siento pánico pensar en lo que pueda llegar a pasar si me abro y ve como soy, demasiadas complicaciones.
Pero en si, creo que es peor si sigo intentando que las personas de mi pasado comprendan lo que siento. Sé que no va a entender el motivo de mis pesadillas, sé que no va a tener tanta paciencia como para que yo sea yo,sé que las cosas no están fáciles, y no van a estarlo en poco tiempo, pero es lo que tengo que hacer si quiero parecerme al que era antes, porque volver a serlo es algo imposible.
Hace poco alguien me dijo que estaba volviéndome aún más antisocial, y que de seguir así sólo voy a conseguir quedarme solo. La conclusión ante esto, es que no parece tan mala idea, es posible que sólo así consiga reiniciarme.
Todas las relaciones sociales que tengo ahora mismo me parecen prescindibles.
Siento que a quien realmente no querría perder nunca es mejor no molestarles más con mis mierdas.
Si tan fina es la linea que separa el amor y el odio, y tanto cuesta diferenciarlo... creo que es mejor hacer todo lo posible para mantenerme en un lado, y ya que no se puede querer a todo el mundo y mucho menos hacerles felices, creo que me mantendré en el odio, es un camino en el que tan sólo cabe una persona, y que posiblemente acabaré odiando con todas mis ganas a esa persona, pero es la única persona que siempre se mantendrá.
Las decisiones nunca han sido mi fuerte, y aún menos este año, lo que parecía empezar tan bien, ahora no hace más que venirse abajo por todas partes, y además parece que voy hundiendo a quienes me rodean.
Es hora de dejar de intentar agarrarme a cualquier saliente para volver a subir, he de terminar el camino hasta el fondo, y desde allí, volver a subir.