martes, 25 de octubre de 2011

Un día más en la vida

Hace meses que no escribo aquí, probablemente porque me suponía un dilema moral, mi gran vía de escape era a la vez la gran preocupación de mi chica, y seguramente lo siga siendo, pero hay veces que es mejor sacar cosas de dentro, ese tipo de cosas que cuando te preguntan "¿Que te pasa?" las dices, la reacción es peor que si te callas. La mala reacción acaba llegando igual, ya que no cambia la reacción la forma en la que te enteras de algo. Sólo espero que no raye a nadie.
Acabo de descubrir que tengo una seguidora oficial en esto, una tal Sandra, se agradece tu interés, no entiendo que viste para seguir este blog, pero gracias.
Creo que es la primera vez que no escribo aquí con mil comidas de hoya encima, tal vez porque también es la primera vez que no uso el mac (no sabéis lo que me ha costado acordarme de la página, esto de tenerla en favoritos ayuda pero también es una putada). Una vez más las cagadas me persiguen, y gilipollas de mi, me doy la vuelta, las veo, me siento y dejo que me alcancen.
He tomado muchas malas decisiones, y hasta hace un tiempo, lo único que me preocupaba eran las posibles consecuencias, suena frío, lo sé, pero es así, si las consecuencias son asumibles lo hago y listo, si no, no lo hago. Pero imagino que esa cosilla que nos hace humanos, la capacidad de equivocarnos aún sabiendo que algo que hacemos está mal, y después aprender de ello hizo que cayera.
Caer es algo que nunca gusta, seguro que si le preguntas a un ex-alcohólico, o ex-toxicómano te dirán lo mismo, lamentablemente hay que ser ex- algo para dar la razón en algo así, si le preguntas a alguien puesto de caballo te dirá que el no ha caído en nada, que controla, que está disfrutando de la vida. La putada es esa mentira en la que nos gusta vivir, esa que montamos para huir de algo, para mejorar algo o simplemente, porque somos idiotas.
¿Alguna vez os habéis sentido tan bien que no sabíais como mejorarlo? Esa sensación es una mierda, porque en el intento de mejorarlo, el ser humano te hace bajar un par de peldaños en esa escala de felicidad, y te monta en una escala paralela, la de la falsa felicidad, en esa escala paralela estas un peldaño o dos por encima de dónde estabas antes, pero en la real, puede que hayas bajado hasta el final del todo, y a veces es imposible volver a subir.
Me encuentro en el medio ahora mismo por mis cagadas, tengo todo lo que puedo desear, pero a la vez, se que un resbalón tonto y acabaré otra vez ahí abajo.
Os aseguro que no quiero volver allí, se lo que se siente, se que es salir al balcón y contemplar una ciudad dormida con lágrimas de desesperación en los ojos, pensar que si en ese momento te unes al asfalto desde tu 3º piso, nadie te echará de menos. Esa sensación te come por dentro y no te deja ver que sólo tienes que subir un escalón y verás como mínimo que si te echarán de menos, más o menos tiempo, es irrelevante, pero si te echarán de menos.
La verdad es que también hay buenas noticias, empieza a sonar decentemente la guitarra cuando toco algo, la putada es que si apenas se componer con el bajo, ¿cómo voy a componer una guitarra sin saber solfeo o acordes?
Recuerdo aquellas tardes en las que las letras volaban desde mi cabeza hasta mis manos y de ahí al papel, Fundido en Negro, fue una época muy mala y a la vez muy buena, a nivel musical fue la parte buena, la personal no tanto. No parar de discutir con una persona a la que quieres y sabes que te quiere pero que no sientes que sea al mismo nivel, Ojos Azules, la cagamos mucho ambos, pero sigo pensando que no había un final mejor para aquello.
Este fin de semana seguirán las buenas noticias, un fin de semana en Port Aventura, 2 días de parque y 1 de spa, no me puedo quejar, y es una de esas veces que si fuera con otra persona tendría ese miedo en el cuerpo de que sería insoportable porque tarde o temprano discutiríamos o algo sentaría mal a alguien.
Curioso, las escapadas pudiendo fumar eran más insoportables que cuando las hago sin poder fumar, quizás ese sea el problema, tal vez deba dejarlo, pero me gusta demasiado, el sabor de un buen Montecristo que apenas puedo sujetar entre mis dedos, saborearlo mientras muevo con un gesto circular de muñeca un Jack Daniels con grosella, el dulzor que deja en mis labios un Black Devil...
No espero, ni deseo que nadie comparta mi afición por este vicio, por ninguno de mis vicios en realidad, me conformo con que me entiendan y no me pongan cara de asco cuando me ven disfrutar de ellos, al fin y al cabo, creo que son cosas bastante normalitas, quiero decir, que no es como un pederasta o un voyeur. Vale, son casos muy extremos pero ya sabéis que quiero decir.
Vivo en madrugadas en las que descubro grandes canciones o por lo menos de esas que me gustan, de las que me hacen sentir algo, esas que no sirve que las toque cualquiera, sólo te hacen reaccionar cuando las toca alguien en concreto y de un modo en concreto.
Tengo mil pensamientos cada hora, y no conservo ninguno porque no logro ver de que pueden servir.
Me doy duchas en las que no me apetece quedarme ni tampoco salir.
Escribo letras que no acaban jamás porque me cansan y acabo tirándolas por la ventana.
El consuelo que tengo es que hoy ha sido un día más en la vida, pero mañana puede ser un gran día. Ese en el que note como subo escalones volando entre los brazos de Ojos Grandes.
Quien me iba a decir a mi, el "tetero" por excelencia, que dos de las mujeres que más me han marcado como pareja, me iban a llamar la atención tanto sus ojos...
Acabo de recuperar una canción de mi adolescencia, esa que todo hombre ve lejana en el momento en que es mayor de edad, pero que en realidad esta justo pegada a tu culo.
No recordaba que fuera tan... dejemos lo en expresiva.
Tercer piti en lo que llevo escribiendo esto, genial, menos mal que esta semana no hay ensayo, porque creo que mi voz va a ser de todo menos la adecuada.
Gracias a quienes leáis esto, y si eso, ¡comentad algo perros!
Sabéis que no escribo para que respondáis, pero si tenéis algo que decir, siempre es agradable leerlo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario